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Nuestro miedo más profundo  

Nuestro miedo más profundo no es el de ser inapropiados. Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. 

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. 

Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? Más bien, la pregunta es: ¿Quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo. 

No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. 

Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros,como lo hacen los niños. Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior. 

No está solamente en algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno. 

Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.”

Autora: Marianne Williamson

Canciones de amor 

Una vez alguien me preguntó sí escribía canciones, y al darse cuenta de mi romanticismo con un aire decepcionado me dijo: “son sólo canciones de amor”. Esa frase se quedó dando vueltas en mi cabeza y me hizo caer en cuenta que es verdad. Y mi pregunta es la siguiente: para ser un verdadero compositor debo escribir canciones que no sean de amor? 

En mi opinión todo lo que se hace con amor y viene del corazón es hermoso. Todo lo que se crea en base a una emoción nos sirve para expresarnos cuando no hay palabras. Escribir canciones, como es en mi caso, me sirve para desahogarme y para sacar lo que llevo dentro. 

En el arte todo es válido y cada persona ve las cosas de una forma diferente y también tiene una manera diferente de sentir. Cada persona es un universo y en el arte es así. El arte es infinito y puede usarse para muchas cosas. 

Si, escribo canciones de amor, y soy una romántica no lo puedo evitar !!

Dulce alegría  

A ella le desconcertaron los resultados cuando abrió el sobre. No podía creer lo que veían sus ojos, el examen había dado positivo. Lo lee varias veces para convencerse mientras que una lágrima se desliza suavemente por su mejilla. Mira el cielo y sonríe, colocando el sobre en su corazón sin saber si reír o llorar.  

Después de tantos años intentándolo ya estaba comenzando a creer que nunca sería madre. Y ahora por fin, por fin puede abrazar su vientre y saber que está ahí ese sueño que tanto había anhelado.
 

Llega su marido y lo mira sin decir nada mientras sonríe, al verla él lee en el brillo de su mirada una dulce alegría. En ese instante supo que su vida cambiaría para siempre.

Ese lugar 

Quisiera que los días fueran largos todo el año,

sentir la alegría que da la luz del sol en el alma,

para que en el invierno ya no tenga frío.

Encontrar gente más sonriente y de buen corazón,

que no tenga prejuicios,

que me mire sin juzgar.

Un lugar donde lo blanco no es lo más perfecto

y los otros colores son bonitos también. 

Ser simplemente una persona en el mundo,

sin importar mi color ni de dónde vengo,

sin importar si tengo estudios,

o si hablo con un acento

que me acepte como soy…

un ser humano. 

Quisiera saber dónde está ese lugar…

Ese lugar donde me sentiría que vivo,

donde me gustaría vivir. 

 

Autora: Chely Valenzuela 

Mi historia musical 

Mi primera profesora de música fue mi madre, la misma que desde pequeña, no se porqué me llamo chely, ella con su voz dulce y profunda me enseñaba canciones y a bailar. Puedo decir que ella fue una de mis primeras influencias. Ya mas grande hice mi primera presentación a los 9 años en la escuela. 

Mi padre era músico y cantante, el tenia una guitarra en la casa. La guitarra con la que él daba serenatas en su juventud, fue en la que aprendí a tocar mis primeras canciones. 

Otro que me inspiró fue mi tío Alfonso. Otro músico de corazón que le gustaba cantar y componer vallenatos. Cada vez que me veía me cantaba y a mi me daba rabia. Yo decía que no me gustaba el vallenato, pero terminé viviendo en Valledupar, cantando y componiendo vallenatos, y como es la vida, ahora me encanta esa música!! 

Desde pequeña me gustaba la literatura. Me encantaba ir a la biblioteca y leer libros de poesía. Me fascinaba la idea de describir de una manera hermosa, por medio de versos lo cotidiano, el amor y la vida. 

Empecé a escribir poemas, y después a ponerles una melodía, de allí nacieron mis primeras canciones. Participaba en los eventos culturales de la escuela y concursos cantando mis composiciones, todos me llamaban “la artista” o “la niña de la guitarra”. 

Siempre me destaqué por una gran sensibilidad, ese lado artístico, en la música, la poesía y la pintura. Era un poco romántica y bohemia, me encerraba en mi cuarto a escribir y a cantar con mi guitarra. 

A pesar de ello, me gradué en Administración de Empresas, pero sin nunca dejar de lado eso que me apasiona tanto, la música !! Siempre escribiendo, cantando, soñando… 

Participaba en grupos musicales, me encantaba cantar la música de Laura Pausini (tanto asi que me decían Laura), cantaba en la iglesia todos los domingos con la guitarra y participé mucho tiempo en un coro polifónico en la voz de soprano. 

He hecho varias grabaciones de manera independiente, soy también una artista de corazón, pero este año decidí que no quiero seguir guardando esas canciones solo para mi, no me quiero quedar con toda esa música por dentro. He querido hacer una compilación de mis mejores canciones, y entregar mi corazón a quien me quiera escuchar.

Chely Valenzuela 

No te mueras con tu música por dentro 

Un dia conocí una persona que le gustaba escribir canciones y cantar. Era un hombre simple que guardaba todavía la belleza de su alma. El tenia unos 50 años y era conductor de bus. Me decía que cuando era joven, siempre tenia un cuaderno con él y un lapicero para capturar las ideas que le dictaban sus musas. 

Sus ojos reflejaban una mirada triste de sueños escondidos. Sueños de juventud, de música y de canciones. Cuando era adolescente tocaba la guitarra, soñaba con ser artista y guardaba sus canciones como un tesoro. La gente creía que estaba loco porque quería ser artista. 

Los años pasaron y vinieron las responsabilidades, el trabajo, la familia y los hijos. Todos sus escritos y melodías quedaron guardadas en un rincón. Olvidaba poco a poco sus sueños. Escribía cada vez menos, su guitarra se fue llenando de polvo colgada en la pared. 

Cuando conducía el bus, a veces se distraía porque una melodía cruzaba por su mente, era una canción que quería nacer. En ese momento no podía escribir, luego pasaron las horas y la melodía no cantaba mas. 

Así pasaron los años y las melodías que querían cantar, morían poco a poco en su mente. Las canciones que había escrito, quedaron guardadas, llenas de polvo en un cajón. 

Un dia llegaba del trabajo y escucho una guitarra, era su hijo menor de 13 años que tocaba intentando melodías. Sus ojos se llenaron de lagrimas al ver a su hijo. Su hijo le pregunto si le enseñaba a tocar la guitarra. El comienzo a enseñarle lo poco que recordaba y le dio un consejo: 

“Lucha por tus sueños, haz lo que amas y por favor, no te mueras con tu música por dentro” 

Chely Valenzuela